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La represión de la masonería durante el franquismo

Como parte del ciclo de conferencias de la ULLE, la ponencia del historiador y politólogo Albert Testart , hace un recorrido desde el inicio de la anti masonería, su auge entre los regímenes fascistas europeos, su aplicación sistemática en el régimen de Franco y su utilización como arma política, sobre la que hacemos una breve reseña a continuación.

El origen de la anti masonería se puede encontrar en el Siglo XIX, basado en la idea encontrar un enemigo pequeño, influyente del cual hay que “salvar a la masa”

En Italia, comienza a utilizarse estructuralmente por parte del régimen fascismo. La aplicación del principio “no se puede ser masón y miembro del partido fascista”  da inicio a la violencia física contra la masonería.

A partir de aquí diversos regímenes autoritarios europeos comienzan a perseguir activamente a la masonería por convertirse en un riesgo. La masonería en resumen, representaba a un conjunto de personas críticas, liberales y promotoras del diálogo, la internacionalización y los valores humanos que había que callar para mantener el control.

En España, previo al golpe de estado del 36 ya comienzan a aparecer libros y afirmaciones de las líneas más cercanas al fascismo en el que se comienza a desarrollar un movimiento contra la masonería  al que se unen los sectores más conservadores incluyendo a la Iglesia Católica.

En el libro «El Enemigo» por ejemplo aparece la siguiente cita refiriéndose a los masones: “A esta clase de bichos y reptiles hay que acabarlos para siempre»

En la propaganda falangista «Camarada tienes obligación de perseguir al judaísmo y a la masonería. Destruye sus libros, revistas y propaganda. Camaradas por Dios y por España»

Ya iniciada la guerra civil en el territorio controlado por el ejército de Franco el asesinato de los masones se intensifica y son perseguidos sistemáticamente.

En 1938 a finales de la guerra, desde Burgos se hace un decreto para eliminar cualquier símbolo que haga relación a la masonería, incluyendo los símbolos de los cementerios y monumentos públicos.

Más allá de las leyes, la represión física llega a límites insospechados, al punto que se puede hablar de exterminio y genocidio masónico; todo esto unido a un escarnio público generalizado, que incluye no solo a los asesinados  y sus familias sino a los masones en el exilio.

Al terminar la guerra, los masones que habían logrado sobrevivir se exilian o son posteriormente perseguidos y ejecutados.

Esto se consolida con la promulgación de la Ley de la Represión de la Masonería y el Comunismo (Disponible en este link: https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1940/062/A01537-01539.pdf) en el que se institucionaliza la represión.

Esta Ley alcanza no solamente al masón, sino a toda su familia. Por esta razón aún hoy en día ese miedo continúa, muchas familias esconden la condición de masón de sus familiares asesinados y prácticamente no se conservan objetos de naturaleza masónica ya que las propias familias procedieron a destruirlos para protegerse.

La propaganda del régimen de Franco, acumula una serie de afirmaciones para generar rechazo generalizado en una población cada vez más controlada. Así lo demuestra un estudio que muestra las palabras claves de dicha propaganda al referirse a los masones:

  • Ignorancia: tontos, idiotas
  • Mentirosos: No son de fiar
  • Contra el Poder: Infiltrados, conjura, traición, contubernio
  • Ocultismo: Tenebrosos, clandestino, oscuro
  • Política: Antiespañol, antipatriota
  • Religión: Secta, infernal
  • Denigración: Criminal, lepra, bacterias, cobardes

Esta línea ideológica se asienta duramente toda la dictadura franquista, llegándose al punto en el que utiliza como arma interna para desprestigiar incluso dentro de los acólitos del régimen a aquellos acusados de “masones” o “simpatizantes de la masonería” convirtiéndose en una excusa para “eliminar” o desacreditar al enemigo interno.

Tras el régimen de Franco, la masonería en España prácticamente puede considerarse como desaparecida, de hecho al cesar el funcionamiento de  la “Ley de la represión de la masonería y el comunismo” en 1971 Franco lo justifica diciendo que «ya no quedan masones que juzgar”.

Lamentablemente como conclusión, la atmosfera cultural que nos queda tras tantos años de represión,  hace que aún hoy en día tengamos que considerar a la masonería española como en fase de reconstrucción, en la que aún no tenemos constancia de acciones  de  desagravio oficial a los masones represaliados y sus familias, más allá de las pequeñas iniciativas que se suceden a título personal o por parte de algunas asociaciones.

EN MEMORIA DE TODOS LOS MASONES Y SUS FAMILIAS REPRESALIADOS DURANTE EL RÉGIMEN DE FRANCO

LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD

Si no pudiste ver la ponencia en directo, puedes verla en el siguiente link:

https://youtu.be/Kn2ko7O1TQ0

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